EL SECRETO DE LA VIDA

 Al llegar a la tercera edad y a pesar de no creer en religión alguna, admito que me acosa la necesidad de saber qué me espera al irme de este mundo. ¿Pero acaso algo me espera, o simplemente he de perderme en el inmenso vacío del universo? Debo decir que, a través de años de lecturas y reflexiones, solo un concepto me brindó la esperanza de que nuestra visita en la tierra no sea un evento inútil; en realidad, es nuestra ocasión de demostrar lo que valemos. El concepto al que me refiero es el así llamado "karma en acción" que no tiene relación alguna con el volver a nacer en mejor o peor situación terrenal. Cuando pienso en el karma lo que se me ocurre es comparar nuestra existencia con los libros de cuentos, aquellos en donde el caballero solo se hacía digno de la princesa después de vencer arduas pruebas. ¿Pero acaso nuestras vidas no se caracterizan por arduas pruebas que hemos de superar? ¿Entonces, si el caballero vencedor se ganaba el amor de la doncella, ¿cuál es el premio por nuestros logros como seres humanos? Cuando observamos detenidamente nuestra vida, nos damos cuenta de que el karma es el único indicio que tenemos de que la realidad en la que vivimos no es la única. Al superar nuestros obstáculos como los caballeros de los cuentos y convertirnos en seres ejemplares, las recompensas aparecen como por arte de magia. Pero, ¿cuáles fueron nuestras victorias? Son el ahora ser seres generosos, respetuosos de nuestros semejantes, responsables de nuestros hijos, siempre honestos y cuidadosos de lo que la vida nos brindó. Y las recompensas, ¿cuáles fueron? En mi caso, uno de los tantos ejemplos que puedo dar es el haber descubierto, sin buscarlo, un programa del gobierno de Miami de ayuda a los que enfrentan gastos extraordinarios en sus edificios; un préstamo sin interés y de pequeños pagos mensuales. Cuando aparecen en mi vida este tipo de beneficios los comparto, porque sé que de eso se trata. El darme cuenta de que en las ocasiones difíciles de mi vida siempre se hizo presente una mano protectora no quiere decir que yo crea en el paraíso. Lo que quiere decir es que, cuando me vaya, también mi función será revelar mediante premios el secreto de la vida a los que siguen estando.



No comments:

Post a Comment

EL SECRETO DE LA VIDA

  Al llegar a la tercera edad y a pesar de no creer en religión alguna, admito que me acosa la necesidad de saber qué me espera al irme de e...