LA LLEGADA


 

Cae la tarde frente a mi casa, y observo

como el mar ha suavizado el ir y venir de las olas.

Ya no arremeten contra la orilla de color arena

que las gaviotas grisáceas recorren amenas.

 

Con felicidad miro el infinito crepúsculo de nubes

que delante de mí esparce su transparencia,

cielo infinito que se mueve como si estuviera vivo

y quisiera celebrar esta paz de mi alma conmigo.

 

Fueron tantas las rutas que hasta aquí me trajeron,

tantos los desencantos, las esperanzas destruidas,

las horas afligidas, que hoy, esta tarde aquí sentada

y ver el inmenso cielo siento que esta es la llegada.

 

¡De lo que es mi vida ahora estoy enamorada!

 


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