Hoy es el Día de la Madre y el primer mensaje que recibí esta mañana fue del padre de mi hijo; en él me decía que mi trabajo de madre había sido excelente. Es cierto que, a pesar de haber cursado dos universidades, una en Argentina y otra en Miami, nunca logré concentrarme por completo en mi profesión. Me llamaba más la atención asegurarme de que mi hijo estuviera cumpliendo con las tareas asignadas por la vida. El ser madre fue para mí la labor más dedicada; creo que por eso solo tuve un hijo. Sin lugar a dudas, la responsabilidad de llevar a buen puerto a seres humanos vulnerables nos quita el sueño en más de una ocasión. Y fue en aquellas noches en las que, estando a la espera de que la puerta de calle se abriera, pude darme cuenta de que al nacer mi hijo mi vida había dejado de pertenecerme. Pero también pude darme cuenta de que, si ese hijo había caído en mi regazo, mi mayor tarea era la de ayudarlo a crecer.
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